Calma y distanciamiento para decisiones sabias
Existen evidencias de que la sabiduría se incrementa con un tono vital de relajación y calma, junto con una actitud de distanciamiento.
En una investigación realizada por Grossman y colaboradores (2016) se encontró que existía una relación positiva entre el índice HRV (Heart Rate Variability) y el razonamiento con sabiduría (juicio equilibrado, sin sesgos) cuando las personas actuaban con una actitud de distanciamiento. Del estudio se deduce que las personas que presentan un tono de relajación y serenidad alto, que conlleva un valor alto del índice HRV, si además adoptan una actitud de auto-distanciamiento con respecto la situación, aumentan la capacidad de tomar decisiones sabias.
Sabiduría, más que inteligencia
En primer lugar conviene definir lo que se considera sabiduría. Desde el punto de vista de la psicología y como resultado de diferentes investigaciones (por ejemplo, Meeks y Jeste, 2009; Staudinger y Glück, 2011), a grandes rasgos se podría decir que la sabiduría incluye: razonamiento lógico y conocimientos, actitudes y comportamientos pro sociales (buscar el bien común, además del propio y considerar también los puntos de vista de otras personas ), conocimiento pragmático y experiencial de la vida, estabilidad emocional (serenidad y baja reactividad), conocimiento de sí mismo (reflexión, conocer las propias capacidades y limitaciones), apertura y tolerancia (reconocer y aceptar que el mundo es cambiante e incierto, relativismo de valores, etc).
A nivel neurológico, la sabiduría está relacionada con el equilibrio entre regiones de la corteza prefrontal (parte nueva del cerebro) y regiones del sistema límbico (parte primitiva), o sea, entre el razonamiento y las emociones, o de manera más simple, entre la cabeza y el corazón. Y también de algún modo con el equilibrio entre el hemisferio izquierdo del cerebro (más intuitivo e inconsciente) y el derecho (más analítico, consciente y asiento del yo o ego).
Auto distanciamiento
Se sabe que en general las personas de forma instintiva tienden a afirmar su yo, a percibir el mundo de manera dual (se podría llamar la ilusión de la dualidad) y a ponerse en el centro: yo y los otros, yo y las cosas, yo percibo …, con lo que la toma decisiones siempre está influenciada y sesgada por esa centralidad del yo. Se puede hablar de varios sesgos científicamente demostrados, como el sesgo de confirmación (la tendencia a favorecer la información que confirma las propias creencias) o el sesgo de correspondencia (la tendencia de la gente a sobrevalorar los motivos personales internos a la hora de explicar un comportamiento observado en otras personas, infravalorando las circunstancias).
Sin darme cuenta, de manera instintiva, por reflejo, estoy afectado por cómo una decisión o acción me favorece a mi personalmente. ¿Qué hay de ahí para mi?. O si intento ignorar ese pensamiento, aparecen inconscientemente emociones de miedo ante las posibles consecuencias para mi.
El impulso egocéntrico actúa de obstáculo para la sabiduría, para la toma decisiones sabias. En esta tendencia del ser humano lógicamente influye la cultura en la que uno se ha criado, como se ha demostrado en diferentes estudios ya clásicos. Éstos muestran que en las culturas con un mayor grado de interdependencia (suelen ser las orientales) las tendencias egocéntricas son menores que en las culturas que favorecen la independencia y el individualismo (suelen ser las occidentales).
En el estudio referido al comienzo, a los sujetos del experimento se le dieron instrucciones de auto distanciamiento para superar los impulsos egocéntricos, en concreto se les pidió visualizar la experiencia que iban a tener desde la perspectiva de otra persona, en lugar de desde uno mismo. Se les instruyó para que en sus pensamientos y diálogo interno empleasen la tercera persona para referirse a ellos mismos (nombre o pronombre) en lugar de la primera y además que expresasen ese diálogo mediante el habla. Pero ejemplo, un diálogo sería: “Javier tiene que decidir entre la alternativa X e Y, y él piensa que la alternativa X presenta las siguientes ventajas o discurrirá de este modo…”. Es un autodistanciamiento similar al que se busca con los procedimientos de auto instrucciones que se emplean en muchas terapias psicológicas.
Hay diferentes formas de auto distanciarse de una situación y algunas se emplean en tratamientos de la ansiedad y de la depresión, donde el yo juega un papel importante. Una de las maneras de lograr auto distanciamiento es con el tipo de meditación de monitorización abierta o vipassana, y con meditaciones analíticas y de visualización como metta. En otros artículos se tratarán las distintas maneras de autodistanciarse o descentrarse, que no es no más ni menos que controlar o disminuir el “ego” (en la literatura se habla incluso de “matar el ego”).
Calma
La variabilidad de la frecuencia cardíaca, o sea de los latidos del corazón, HRV, está directamente asociada con el buen funcionamiento del organismo, tanto de la mente, como del cuerpo, como se ha demostrado en diferentes estudios. En general una HRV alta está asociada con buen funcionamiento cognitivo y con buena regulación emocional. También con la salud en general, incluyendo el buen funcionamiento del sistema inmune. La HRV representa la variabilidad de los tiempos entre las pulsaciones del corazón en un periodo determinado. Lo normal es que haya variabilidad y lo que no es normal es que los tiempos entre latidos sean iguales. Pero existen diferencias individuales, en el sentido de que unas personas tienen la variabilidad HRV más alta y otras más baja en estado de reposo. También se puede modificar por determinadas acciones y cuando respondemos a eventos que se presentan (situaciones de estrés etc.). Existe pues un nivel tonal general para cada persona y un nivel fásico en un determinado momento.
La HRV es un buen índice del llamado tono vagal (también llamado control vagal cardíaco o actividad vagal) que es la capacidad de nervio vago, componente fundamental de la parte parasimpática del sistema autónomo, de actuar de freno fisiológico, y a la vez de modificar la frecuencia de las pulsaciones del corazón (HR: heart rate) de forma rápida, precisa y flexible ante los demandas a que está sometido el organismo (Laborde, Mosley y Mertgen, 2018).
Existen diferentes maneras de actuar sobre ese “freno”, sobre el tono vagal (y por tanto sobre la HRV) de forma que se modifique en el momento necesario, siendo una de las principales la respiración.
Unas cuantas respiraciones lentas, sobre todos de tipo abdominal, darán lugar a una activación del nervio vago y por tanto a un aumento de la HRV y a la calma. Efectos similares se pueden conseguir cultivando emociones positivas, y otras prácticas que se explicarán en otros artículos.
Llevando un estilo de vida con prácticas que favorezcan un buen tono vagal, y se puede llegar a una modificación permanente, o sea tonal, de éste.
Factores favorecedores de la sabiduría
Por tanto, adoptando un estado de calma y relajación y además una actitud de auto distanciamiento, lograremos pensar y decidir con sabiduría.
Referencias
– Grossmann I., Sahdra B.K., Ciarrochi J., 2016. A Heart and A Mind: Self-distancing Facilitates the Association Between Heart Rate Variability, and Wise Reasoning. Frontiers in Behavioral Neuroscience
– Laborde S., Mosley E., Mertgen A., 2018. Vagal Tank Theory: The Three Rs of Cardiac Vagal Control Functioning – Resting, Reactivity, and Recovery. Frontiers in Neuroscience
– Meeks T.W., Jeste D.V., 2009. Neurobiology of Wisdom. Arch Gen Psychiatry. 2009;66(4):355-365
– Staudinger U.M., Glück J., 2011. Psychological Wisdom Research: Commonalities and Differences in a Growing Field. Annu. Rev. Psychol. 2011. 62:215–41
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